San Isidro es por excelencia el patrón de los campesinos, es el santo a quienes muchos acuden para que llueva y los madrileños le tienen un especial aprecio porque es su patrón.
La mayoría de personas que han escrito sobre la vida del santo sitúan su nacimiento a finales del siglo XI, y la fecha en que muchos se han puesto de acuerdo es en la de 1080, pero nadie ha sabido aún en que barrio nació, seguro que no lo hizo en el de Las Rozas ni tampoco en un piso de alto standing del Paseo de la Castellana porque en aquella época, no existían. Ten en cuenta, que Madrid, por aquellos tiempos no dejaba de ser un pueblo agrícola, y que la capital hispánica, por decirlo así, era Toledo. Las tradiciones sitúan su bautizo en la iglesia deSan Andrés de la capital madrileña.
El nombre de Isidro -que no es más que una derivación de Isidoro- fue en honor al Arzobispo San Isidoro de Sevilla. Muchas de las cosas que sabemos de este buen hombre es gracias a Juan Diácono, que en el siglo XIII escribió su biografía, la “Vita Sancti Isidori”. Él nos retrata a un hombre ejemplar, de buen corazón y muy bondadoso con los más necesitados.
Parece ser que una de las primeras ocupaciones de Isidro fue la de pocero, o sea, cavar pozos, al servicio de la familia Vera hasta que se trasladó a trabajar a Torrelaguna, donde contrajo matrimonio con una chica del pueblo llamada María Toribia, conocida más tarde con el nombre de Santa María de la Cabeza, también declarada santa. Fruto de su matrimonio tuvieron un hijo llamado Illán. Al cabo de unos años la familia regresó a Madrid, para cuidar las tierras de la familia Vargas. Fue en ese momento cuando Isidro realizó las tareas de labrador y pasase a ser conocido popularmente como “Isidro labrador”. Falleció en el año 1130.
Tras la muerte de Isidro el 30 de noviembre de 1172, fue enterrado en el cementerio de la parroquia de San Andrés. Cuarenta años después, en 1212, es encontrado su cuerpo, incorrupto. Ese mismo año, volviendo Alfonso VIII de la batalla de Las Navas (16 de julio de 1212) reconoce su cuerpo como el Pastor de las Navas, que había ayudado a las tropas cristianas a la victoria.
Desde ese año el cuerpo incorrupto de San Isidro fue custodiado en la parroquia de San Andrés, convirtiéndose en un lugar de peregrinación de gran parte de España, por los milagros que obraba. En la segunda mitad del siglo XIII se construyó un arca de madera con escenas que representan los milagros de Isidro, que hoy se conserva en la girola de la Santa Iglesia Catedral de Santa María la Real de la Almudena. Este arca contuvo los restos de Isidro desde finales del siglo XIII hasta 1620, año en el que fue sustituido por un arca de plata y oro, realizada por los plateros de Madrid con motivo de su beatificación en 1619.
El cuerpo de san Isidro se encuentra incorrupto desde su muerte en 1172, fue conservado en la parroquia de San Andrés, en la Capilla del Obispo y en la Real Capilla de San Isidro.
En el año 1769 fue trasladado por Real Decreto de Carlos III al altar mayor de la Real Colegiata de San Isidro, junto con las reliquias de su esposa santa María de la Cabeza, desde entonces y hasta la actualidad se venera en el retablo del Altar Mayor de la Real Colegiata de San Isidro de Madrid.